La celebración de Halloween era muy diferente hace 2.000 años, pero aún así en la actualidad seguimos conservando las antiguas tradiciones que tuvieron su origen con la festividad de Samhain.
En el punto intermedio entre el Equinoccio de Otoño y Solsticio de Invierno, los antiguos pueblos celtas celebraban Samhain (se pronuncia saah-win o saa-ween), festival de la cosecha, que marcaba el final de la luz y la llegada de la oscuridad. Con el significado de “fin de verano” Samhain anunciaba el próximo invierno en Irlanda, Escocia, Inglaterra, Gales y más allá. A medida que oscurecía cada vez más temprano, los cultivos llegaban al final de su ciclo de vida, los árboles perdían sus hojas, los animales se escondían bajo tierra y la vida parecía estar desapareciendo de la faz de la tierra. Era el momento ideal para deshacerse de lo viejo y hacer espacio para que llegue lo nuevo.
Para los pueblos celtas llegar a este momento de la temporada significaba la muerte pero no desde un punto de vista negativo. Se creía que Samhain era el día en que las almas de aquellas personas que habían muerto el año anterior viajaban al infierno. Esa noche el velo que separa los vivos de los muertos era aún más delgado y la posibilidad de comunicarse con el más allá aumentaba. Parte de los rituales consistían en ofrendas de alimentos y bebidas y sacrificio de animales para honrar a sus dioses. Encendían hogueras para guiar a sus seres queridos y ahuyentar a los malos espíritus. La gente se vestía con disfraces y usaban máscaras para asustar a las entidades del mal y así poder mantenerse a salvo.
A medida que el Cristianismo fue adoptando esa parte del mundo, las prácticas celtas llegaron a considerarse oscuras y demoníacas, se pensaba además que sus dioses eran diabólicos. Con el tiempo, los adeptos de la antigua religión tuvieron que esconder sus métodos, fue entonces cuando a pesar de que la mayoría de las tradiciones desaparecieron seguimos conservando en la actualidad algunas de sus características. La gente continuó celebrando la víspera de la noche de los santos que es la noche anterior a la festividad cristiana de Todos lo Santos. En vísperas de todos los santos o Noche de los Santos algunas personas continuaban preparando alimentos y bebida en honor a los muertos, mientras otros seguían vistiéndose con disfraces. Con el tiempo, la gente que se disfrazaba comenzó a hacer travesuras y exigía golosinas a cambio, lo que hoy se conoce como dulce o truco.
La noche de los santos se convirtió en Hallowe´en y los inmigrantes europeos transmitieron estas antiguas tradiciones a Norteamérica donde cada 31 de octubre se celebraba y se sigue celebrando la festividad más espeluznante que alguna vez hayamos conocido y adorado. Aún es hay personas que honran las antiguas raíces de Samhain, además de los trucos y las golosinas. Tú también puedes hacerlo, reflexionando y soltando viejas ideas, sentimientos, arrepentimientos y energías. Consiéntete con una limpieza de baño de sal, medita o enfócate en lo que ya no necesites para dar lugar a todo lo nuevo que traerá el próximo año.
Feliz Halloween!