Querido oráculo
Amo a mi esposa, pero me molesta que no colabore casi nada en la casa. La batalla por las tareas domésticas es una lucha constante y un enorme conflicto a pesar de tener una excelente relación. Soy el único que cocina, limpia, arregla el jardín, lava la ropa, etc. Ella deja las toallas húmedas tiradas sobre la cama, la ropa recién lavada sobre el suelo y no le afecta en absoluto que los platos sucios y la basura se acumulen a su alrededor. Ella admite libremente que es una vaga y siempre repite que exagero. No soy un obsesivo de la limpieza, pero si la dejara sola, viviría en un corral. Ella creció en un hogar donde nunca se esperaba que hiciera ninguna tarea, pero es hora de que crezca y asuma cierta cuota de responsabilidad.
Cada vez que me canso y nos peleamos por eso, ella se disculpa y dice que cambiará su forma de ser. Es muy útil y colaboradora durante un par de días, pero luego vuelve a sus viejos hábitos. Hemos hablado de formar una familia pronto, pero me preocupa que tampoco cambie para ese entonces y tenga que hacer yo todo el trabajo de los tres. ¿Cómo consigo que ella cambie definitivamente?
Tom el ordenado
Querido Tom,
En primer lugar, no estás solo. Estoy seguro de que hay parejas que tienen la fortuna de no pelearse por realizar las tareas domésticas, pero aún no las he conocido. Es un punto delicado en la mayoría de los hogares. A menudo hay un desequilibrio en la cantidad y las tareas que realiza cada uno, y uno de la magnitud del que experimentas ahora, simplemente es insostenible. A este ritmo, te estresarás y el costo lo pagará tu matrimonio, a medida que se sigue desgastando.
Como tu esposa usa la casa, come la comida, usa ropa, etc., entonces tiene la obligación de hacer su parte para mantenerla limpia y ordenada, ya sea lavando los platos o la ropa. Además, el matrimonio es una sociedad y requiere que ambos se respeten y estén en igualdad de condiciones. Es necesario abordar las cosas como un equipo, y las tareas son parte del mismo.
Un enfoque efectivo respecto a la división del trabajo doméstico es anotar todas las tareas y luego dividirlas según las habilidades, preferencias y horarios de cada uno. Pónganlo en una tabla, un calendario o una lista que se pueda publicar donde ambos lo vean a diario. Ahora que ambos son responsables de una lista de tareas, deja de hacer el trabajo por ella. Si ella está con servicio de lavandería y termina sin ropa limpia, déjala lidiar con eso. Deja de justificarla!
Tuyo en en la luz y el amor.
El oráculo