Todos tenemos metas. Todos tenemos objetivos que deseamos alcanzar, perder peso, comprar una casa, aprender un nuevo idioma, beber más agua. Tú sabes cuáles son tus metas y probablemente tengas una idea bastante clara de cómo alcanzarlas, pero también requieren de esfuerzo, y el esfuerzo a menudo reclama motivación. Sin motivación ni impulso, hasta el más mínimo paso hacia nuestra meta puede parecer un obstáculo insuperable.
Entonces, ¿cómo encuentras la motivación para trabajar hacia tus metas? No siempre es fácil, pero te compartiremos una guía con seis pasos para ayudarte a generar y mantener la motivación, especialmente cuando te está resultando muy difícil encontrarla.
Empieza de a poco. Tu lista de objetivos puede ser sin dudas extensa, pero la mejor manera de comenzar es elegir uno pequeño en el cual puedas enfocarte. No puedes lograr todos tus objetivos a la vez y, si te esfuerzas demasiado apresuradamente, será más probable que pierdas la motivación. Comienza con un objetivo específico, concreto y alcanzable. No te digas a ti misma que deseas despertarte más temprano, más bien establece la meta concreta de despertarte a las 7 a.m. y comienza a trabajar para lograrlo.
Elabora un plan de acción. Una vez que elijas tu objetivo, es hora de listar los pasos que necesitas para alcanzarlo. Como estamos empezando de a poco, es bueno dar pequeños pasos. No te esfuerces por despertarte inmediatamente una hora antes. En su lugar, despiértate 10 minutos antes durante una semana y aumenta gradualmente hasta alcanzar tu meta. Puede ser una gran motivación redactar tu plan en papel y hacer un seguimiento de tu progreso. Escribe una lista, dibuja una tabla, mantén un calendario. Una representación visual del progreso, cuando te acercas un paso más a tu objetivo, puede ayudarte a mantener el buen trabajo que vienes haciendo y también te ayuda a focalizarte en ese objetivo concreto y cada vez más tangible.
Comparte tu objetivo. Decirle a otros sobre tu objetivo puede ayudarte a que se sienta como una meta formal y oficial: Una vez que lo dices en voz alta a familiares y amigos, al escribirlo en una publicación de blog o en un muro de mensajes, hace que se sienta más real. Al hacerlo te comprometes, y al mismo tiempo recibes apoyo y aliento. La motivación también la puedes encontrar compartiendo tu objetivo con aquellos que buscan lo mismo que tú, ya sea a través de clases, o en un grupo online o presencial.
Busca inspiración. Sabes lo que quieres hacer y cómo lo vas a lograr, pero eso no te garantiza la motivación. Es posible que debas tomar algunas acciones complementarias para obtener inspiración. Lee sobre tu objetivo. Busca artículos, publicaciones en blogs y sitios web sobre el tema. Pon recordatorios de lo que quieres lograr en tu hogar. Rodéate de imágenes y citas inspiradoras. Crea tu propio mantra y repite en el espejo las palabras que necesitas escuchar todos los días. No esperes que la inspiración brille mágicamente, si no surge espontáneamente, puedes buscarla por ti misma.
Acepta la caída. La motivación va y viene. Has estado haciendo un progreso increíble durante semanas y, de repente, ya no es como antes. No permitas que los tropezones o los contratiempos te desanimen o echen a perder cualquier progreso que hayas hecho hasta el momento. Incluso las personas más exitosas del mundo pierden la motivación de vez en cuando. Recuérdate qué tan lejos has llegado, lo que ya has logrado, y lucha por mantenerlo.
Date un descanso. Cuando te sientas desanimada, está bien tomarte un descanso. Céntrate en el cuidado personal y en las cosas que te traen alegría. Haz algo creativo. Pasa tiempo con buenas personas. Disfruta de la naturaleza y del aire fresco. Haz ejercicio. Aleja tu mente del objetivo por un momento y cuídate. Sólo después podrás volver a enfocarte en tu objetivo con la motivación renovada y recargada.