No es fácil despegarse del drama infantil. Las situaciones difíciles con las que lidiamos cuando somos niños pueden seguirnos por el resto de nuestras vidas. Esas experiencias erráticas son diferentes para todos; un accidente aterrador, un conflicto en el hogar, acoso escolar, la pérdida de un ser querido o incluso un amigo que se muda, sin embargo, los resultados son a menudo los mismos. Acarrear este tipo de dolor puede afectar tu autoestima y tu valoración personal. Puedes deprimirte y hacerte sentirte ansiosa, bloqueada y emocionalmente frágil.
Podríamos intentarlo y enterrar estos eventos traumáticos, pero los ignoramos y pretendemos que desaparezcan sin hacer nada al respecto. La realidad es que un niño interior herido no puede sanar por sí solo. Así como en ese momento no sabías cómo hacerle frente, hoy tu niño interior tampoco lo sabe y necesita atención y orientación para lidiar con sus sentimientos dolorosos.
Es hora de cuidar esa parte tuya que ha estado lastimada durante tanto tiempo. Toma un diario y escríbelo o mírate en el espejo y di a tu niña interior estas cuatro cosas para comenzar ese viaje de sanación:
"Eres amada"
Los niños merecen amor, pero no todos los niños lo reciben. Tal vez tus padres no demostraron mucho afecto o tus compañeros te rechazaron, cualquiera que sea el caso, esos sentimientos de no ser amables pueden permanecer mucho tiempo, dañar tu autoestima y afectar tu capacidad de aceptar el amor en futuras relaciones. Cuando te mires en el espejo, tómate un momento y recuérdale a tu niño interior que son amados, sin importar lo que haya sucedido en el pasado.
"Eres importante"
¿Te sentiste a menudo ignorada y que no te escuchaban cuando eras una niña? A algunos niños se les dice que no hablen a menos que se les hable, otros son naturalmente callados y tímidos. Algunos tienen que competir con los hermanos por la atención y otros simplemente se los descuida. Independientemente de lo que te dejó sin voz cuando eras niña, nunca es demasiado tarde para expresarte. Podría ser útil escribir lo que esa niña quería decir. Léelo y díle a tu niña interior cuánto importas.
"No te merecías esto"
Los niños son inherentemente inocentes. Si lidias con la culpa y te arrepientes de algo que hiciste o en lo que te involucraste de niño, mereces perdón. No merecías las cosas malas que te sucedieron, como el divorcio de tus padres o el abuso que recibiste. Muéstrale compasión a tu niña interior y hazle saber que lo que sucedió no fue su culpa.
"Hiciste lo mejor que pudiste"
Cuando eras niña, hiciste lo mejor que pudiste con las herramientas que tenías. Es fácil para los adultos mirar hacia atrás y juzgarnos porque, por ejemplo, no enfrentamos a un acosador. Solo recuerda que eras una niña. Aún estabas aprendiendo y desarrollándote. No te reproches ahora porque no tuviste la capacidad de pensar con la mente adulta que tienes ahora. En lugar de mirar hacia atrás con aflicción, siente orgullo porque la niña que fuiste pudo perseverar y avanzar a pesar de los desafíos que tuviste que enfrentar. Perdónate por los errores de la infancia y siéntete orgullosa de ser quien eres ahora.